Les presentamos esta información para que el Día de la Resurrección Dios no nos acuse de haber escondido la Verdad. En esta búsqueda, no anhelamos encontrar la complacencia, ni las alabanzas, ni la aprobación de las personas sino sólo la complacencia de Dios. El Sagrado Corán dice...
En el corazón del Islam yace la creencia en Dios.
El Centro del Credo Islámico es dar fe de la frase,La ilaha íl-la Allah,“No existe verdadera deidad que merezca veneración aparte de Dios.” Esta creencia, llamadatauhîd, es el eje sobre el cual gira el Islam. Además, es el primero de los dos testimonios por el cual una persona se convierte en musulmana. Esforzarse por conseguir la certeza en la unicidad, o tauhîd;es el eje de la vida del musulmán.
A través del curso de la historia humana siempre prevaleció la profunda atracción por lo oculto y sobrenatural. La existencia de un mundo paralelo ha sido invariablemente una fascinación para las personas. Comúnmente, este cosmos es referido como el mundo de los espíritus, y prácticamente toda persona tiene algún concepto de él. Para algunos, estos espíritus no son más que almas de personas fallecidas –o fantasmas–.
La base de la religión del Islam es atestiguar dos frases:
(1) Nada tiene derecho a ser adorado excepto Dios (la ilaaha ila-Al-lah), y
(2) Muhammad es el Mensajero de Dios (Muhammadam-Rasul-ullah).
Esta frase es conocida como lashahadah, o testimonio de fe. A través de la creencia y pronunciación sincera de estos dos principios, se ingresa al Islam. Este es el lema de los creyentes quienes lo repiten a lo largo de toda su vida, y es la base para todas sus creencias, culto y existencia. Este artículo discutirá la primera parte del testimonio.
El sexto y último artículo de la fe islámica es la creencia en el designio divino, que significa la certeza de que todo lo malo y todo lo bueno, todos los momentos de felicidad o desdicha, placer o dolor, provienen de Dios.
Todos tenemos miedo a morir, y con razón. La incertidumbre de lo que yace más allá es aterradora. De todas las religiones, el Islam es la que provee los detalles más gráficos de lo que sucede después de la muerte y en el más allá. El Islam muestra la muerte como el umbral natural al paso siguiente después de la existencia terrena.
La creencia en las escrituras reveladas por Dios es el tercer artículo de la fe islámica.
Podemos identificar cuatro razones principales para la revelación de las escrituras:
La Realidad de Los Ángeles
En el folclore, los ángeles son considerados fuerzas positivas de la naturaleza, imágenes de holograma o ilusiones. La iconografía occidental representa a los ángeles como a gordos querubines, bebés, hombres jóvenes apuestos o mujeres con un halo que rodea su cabeza. En la doctrina islámica, son seres creados reales que eventualmente sufrirán la muerte, pero que generalmente están ocultos a nuestros sentidos.
“El Mensajero y sus seguidores creen en lo que le fue revelado por su Señor. Todos creen en Allah, en Sus Ángeles, en Sus Libros y en Sus Mensajeros. No hacemos diferencia entre ninguno de Sus Mensajeros.” (Corán 2:285)
La naturaleza de la Profecía
La Profecía no es desconocida para las religiones celestiales, como el judaísmo y el cristianismo. En el Islam, sin embargo, posee un estatus y un significado especial.
¿Por qué el Islam, creyendo que sus raíces se encuentran en Abraham, no obstante no cree en la veracidad de las escrituras Hebreas?
Jesús es considerado en el Islam como uno de los mas grandes profetas y mensajeros que Dios envió a la humanidad. Los musulmanes respetan a Jesús y esperan su segundo advenimiento. Un musulmán nunca se refiere a él simplemente como “Jesús”, sino que siempre añade la frase “que la paz esté con él“.
Al-lah es el nombre propio del Único Dios Verdadero. Nada ni nadie más puede ser llamado Al-lah. La palabra Al-lah no tiene plural ni género, a diferencia de la palabra dios, la cual puede flexionarse para formar un plural (dioses) y/o un femenino (diosa), siendo esto una prueba de que es un nombre único. Es un hecho bien sabido que todas las lenguas tienen uno o mas términos que se pueden usar para referirse a Dios e inclusive a algunas deidades menores. Este no es el caso con la palabra Al-lah.