El Islam es I

El Islam es I

Prefacio

El objetivo de esta obra es presentar las verdaderas enseñanzas del Islam. No presentamos ninguna versión específica o única del Islam. Presentamos el Islam tal como es, sin agregados, y hacemos que se valga por sus propios méritos. 

 


Existe un solo Islam y solo un ejemplo de cómo debe vivirse – el del Profeta Muhammad (SWS)[1]. Nuestra intención es ofrecer un panorama básico de los principales dogmas del Islam, tal como están presentados en el Corán y ejemplificados por el Profeta. También es nuestra intención responder algunas de las preguntas más frecuentes sobre el Islam.

A pesar de que más de una quinta parte de la población mundial es musulmana, el Islam sigue siendo malentendido y mal presentado en las sociedades occidentales. Es nuestro anhelo que la presente obra ayude a echar un manto de luz sobre el Islam tal como fue comunicado de manera divina a Muhammad y a disipar cualquier error de concepto que perpetúe el prejuicio y el odio. Escribimos este manual con la esperanza de que las personas de todos los credos se sumen a nosotros para hacer de este mundo un mundo de tolerancia, bondad, comprensión y paz.

¿Qué es el Islam?

La palabra árabe Islam significa literalmente 'rendición' o 'sumisión'. El Islam, como una fe, significa rendirse total y sinceramente ante Dios para poder llevar una vida de paz y tranquilidad. La paz (Salam en árabe, Shalom en hebreo) se logra a través de una obediencia activa a los mandamientos revelados por Dios, pues Dios es El Justo, La Paz.[2]

El nombre Islam[3] es universal en su significado. El Islam no es solo un nombre asignado a una tribu de personas o a un individuo, como el judaísmo, que recibe su nombre de la tribu de Judá, el cristianismo de Cristo, y el Budismo de Buda. El Islam no es un nombre escogido por seres humanos; fue comunicado de manera divina por Dios. El Islam es una fe global, no es de oriente ni de occidente. El Islam es una manera completa de vida, e implica una total sumisión a Dios. Aquel que someta su voluntad a Dios de manera voluntaria[4] será llamado musulmán. No fue Muhammad sino Adán (u)[5] quien trajo por primera vez el Islam a la humanidad. Entonces, cada Profeta y Mensajero vino para exhortar a la gente a entender claramente los mandamientos de Dios. Ofrecían enseñanzas relevantes a sus tiempos, hasta que Dios escogió al Profeta final, Muhammad, para que trajera el Último Testamento, conocido como el Corán.

Allah es una palabra árabe que significa 'La Única y Verdadera Deidad', el nombre propio del Único que creó los cielos y la tierra. Los judíos y cristianos de habla árabe también llaman a Dios con el nombre Allah. Para un musulmán, Allah es el Supremo y el más exclusivo de todos los nombre de Dios, denota al Único que debe ser adorado, el Único que creó todo lo que existe.


Monoteísmo

El concepto de monoteísmo (conocido como 'tawhid' en árabe) es el concepto más importante en el Islam. El monoteísmo señala al primero de los Diez Mandamientos, y en el Islam todo se construye en torno a la unicidad de Dios. El Islam llama a que la humanidad se aleje de adorar cualquier ser creado y convoca a adorar al Único y Verdadero Dios. Ningún acto de adoración o devoción tiene significado o valor alguno si compromete el concepto de monoteísmo de alguna manera.

Debido a su importancia, el concepto de monoteísmo (unidad y singularidad divina) debe ser entendido plena y correctamente. Para facilitar la exposición, el monoteísmo puede observarse desde tres perspectivas:

  1. La Unicidad de Dios y Su Dominio (Omnipotencia)
  2. La Devoción de todo acto de adoración al Único Dios.
  3. El Carácter Único y la Unicidad de Dios en Sus Nombres y Atributos.

Esta división no representa en absoluto la única manera de encarar el tema de que Dios es uno y único, pero permite que el tema pueda analizarse y discutirse más fácilmente (el monoteísmo es la clave para entender el Islam, y se recomienda refrescar ese concepto cada tanto).

La Unicidad de Dios en Su Dominio

La Unicidad de Dios en Su Dominio significa que Dios, El Creador Que Originó los Cielos y la Tierra, tiene un dominio perfecto del universo. Solo Él es El Creador de todas las cosas. Solo Él hace que las cosas sucedan. Él es El Único que ofrece sustento y que determina la vida y la muerte. Él es El Poderoso, El Omnipotente, absolutamente perfecto y libre de cualquier defecto. Nadie comparte Su dominio. Nadie puede resistirse a Su Decreto. Él es El Único que nos creó a todos nosotros a partir de una sola célula y nos convirtió en lo que somos. Él es El Único que creó más de cien mil millones de galaxias y todos los electrones, neutrones, y quarks que existen en ellas, manteniendo todo lo que existe y todas las leyes de la naturaleza en orden absoluto. Ni una hoja de un árbol puede caer sin Su permiso. Todo se mantiene bajo un preciso control.

Él es muy superior a lo que podamos imaginar. Él es tan poderoso que para crear cualquier cosa, basta con que diga: "¡Sea!" y es. Él creó todos los mundos conocidos y desconocidos, pero no es parte de ninguno de ellos. Muchos credos reconocen que El Creador del universo es solo uno, sin socios ni compañeros. El Islam incluye el conocimiento de que Dios no es parte de Su creación ni nadie que Él haya creado comparte Su poder.

En el Islam, creer que cualquier parte de la creación de Dios comparte Su poder o Sus atributos se considera politeísmo e incredulidad. Algunos ejemplos de esas falsas creencias es creer que los adivinos o astrólogos pueden predecir el futuro; Dios, El Que Todo Lo Sabe, dice que solo Él conoce el futuro. Solo el Divino puede dar la ayuda divina. Nadie excepto Dios tiene la capacidad de dar ayuda u orientación divina. Creer que los amuletos o talismanes tienen algún tipo de poder es una forma de politeísmo. Esos conceptos son negados en el Islam.

La Devoción de todo acto de adoración 

al Único Dios

Solo Dios debe ser adorado. Esto fue proclamado por todos los Profetas y Mensajeros del Islam que fueron enviados por Dios a lo largo de los siglos y es la creencia central del Islam. Dios nos dice que el fin de la creación de la humanidad es adorarlo sólo a Él. El propósito del Islam es alejar a la gente de la adoración a los seres creados y dirigirla sólo al Creador.

Es allí donde el Islam se diferencia de otras religiones. Si bien la mayoría de las religiones enseñan que existe un creador que creó todo lo que existe, casi todas poseen alguna forma de politeísmo (idolatría) con respecto a la adoración. Estas religiones convocan a sus fieles a adorar a otros seres además de Dios (normalmente poniendo a esos dioses en un nivel por debajo del Dios Creador), o les exigen a sus fieles a que acudan a otros seres como intercesores entre ellos y Dios.

Todos los Profetas y Mensajeros de Dios, desde Adán (u) a Muhammad (SWS), llamaban a la gente a adorar sólo a Dios, sin socios ni intermediarios. Es la forma más pura, simple y natural de fe. El Islam rechaza la noción de los antropólogos culturales que dicen que la primera religión de los seres humanos fue el politeísmo – y que gradualmente evolucionó hacia un monoteísmo. De hecho, los musulmanes creen lo opuesto, es decir, que las culturas humanas descendieron a la idolatría durante aquellos intervalos de tiempo que hubo entre los Mensajeros de Dios. Aún cuando los Mensajeros estaban entre los hombres, muchos se resistían a su llamado y practicaban la idolatría a pesar de las advertencias. A los Mensajeros posteriores les fue encomendado por Dios hacer que la gente regrese al monoteísmo.

Dios creó a los seres humanos con una inclinación innata y natural a adorarlo sólo a Él. Satán, por otro lado, hace lo imposible para que la gente se aleje del monoteísmo, tentando a la humanidad a adorar a distintos seres creados (idolatría). La mayoría de las personas tiende a desviar su devoción a algo que puedan ver, algo imaginable, aún cuando tienen el conocimiento instintivo de que El Creador del universo es mucho más grande que cualquier cosa que puedan imaginar. A lo largo de la historia humana, Dios envió una serie de Profetas y Mensajeros para convocar a la gente a adorar sólo al Único y Verdadero Dios. Debido a la atracción de Satán, la gente se desvía constantemente y adora distintos seres (idolatría y politeísmo).

Dios creó a los seres humanos para adorarlo solo a Él. En el Islam, el pecado más grande que existe es adorar a algo o a alguien que no sea Dios, aún si la persona lo hace con la intención de acercarse a Dios ofreciendo su devoción a otro ser. Dios, El Suficiente, no necesita intercesores ni intermediarios. Él escucha todas nuestras plegarias y tiene un conocimiento total de todo lo que sucede.

Al mismo tiempo, Dios no necesita nuestra adoración, pero nos dice que se complace con ella. Él es totalmente independiente de todas las cosas. Todo lo creado depende de Él. Si todas las personas del mundo se unieran para adorar sólo a Dios, no Lo beneficiaría a Él en lo más mínimo. No le agregaría ni un ápice a Su majestuoso dominio. De igual manera, si toda la creación dejara de adorar a Dios, no disminuiría en lo más mínimo Su dominio. Al adorar a Dios, beneficiamos nuestras almas y cumplimos con el noble propósito para el que fuimos creados. Dios no tiene necesidades; Él es El Eterno, El Absoluto.

La adoración no se trata solamente de ceremonias o prácticas religiosas tradicionales. El concepto de adoración es holístico. Cambiar un pañal, respetar y cuidar a nuestros padres, levantar un vidrio roto de la vereda – todos esos actos pueden ser formas de adoración si se hacen con la intención de complacer a Dios. Si hay algún otro tipo de interés más importante que adorar a Dios, como riqueza, trabajo, poder o reconocimiento, entonces se transforma en una forma de politeísmo.

El Carácter Único y la Unicidad de Dios en Sus   Nombres y Atributos

La Unicidad y el Carácter Único de Dios en Sus nombres y atributos indican que Dios no comparte los atributos de los seres creados, ni ellos tampoco comparten los Suyos. Dios es único en todas las formas. Dios no puede ser limitado de ninguna manera, pues Él es El Creador de todo. Dios, El Supremo dice:

“¡Allah! No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él, Viviente, se basta a Sí mismo y se ocupa de toda la creación. No Lo toma somnolencia ni sueño. Suyo es cuanto hay en los cielos y la Tierra. ¿Quién podrá interceder ante Él sino con Su anuencia? Conoce el pasado y el futuro; y nadie abarca de Su conocimiento salvo lo que Él quiere. Su Trono se extiende en los cielos y en la Tierra, y la custodia de ambos no Le agobia. Y Él es Sublime, Grandioso.” [Corán 2:255]

En el Islam está prohibido atribuirle a Dios características de Su creación. Los únicos atributos que se le pueden asignar a Dios son los que Él mismo reveló en el Corán, o aquellos usados por el Profeta para describirlo a Él. Muchos de los nombres y atributos de Dios parecieran tener equivalentes en el nivel humano, pero se trata sólo de un reflejo del idioma. Los atributos de Dios, como Dios Mismo, no se parecen a nada que conozcamos. Por ejemplo, Dios tiene conocimiento divino. El hombre tiene conocimiento. Sin embargo, el conocimiento absoluto de Dios no tiene semejanza alguna con el conocimiento de los seres humanos. El conocimiento de Dios es ilimitado (omnisciente, El Que Todo lo Sabe). No se aprende ni se adquiere. El conocimiento de Dios incluye todas las cosas, y no aumenta ni disminuye. Por otro lado, el conocimiento humano se adquiere y es limitado. Cambia constantemente, aumenta y disminuye, y está sujeto a olvidos y errores.

Dios, El Irresistible, tiene voluntad divina. El ser humano también tiene voluntad. La voluntad de Dios siempre se cumple. Al igual que Su divino conocimiento, Su voluntad incluye todas las cosas que Dios quiere que sucedan en la creación – pasado, presente, y futuro. Por otro lado, la voluntad humana, es simplemente una intención, un deseo. Sólo se cumple si Dios así lo desea.

Los atributos humanos no pueden asignársele a Dios. Todos los atributos humanos son limitados. Dios no tiene género, debilidades ni deficiencias. Dios está más allá de la atribución de género característica de lo humano y de la creación. De hecho, utilizamos el pronombre "Él" simplemente porque no existe un pronombre neutro en castellano o en las lenguas semíticas, y porque sigue las convenciones de la lengua castellana. Cuando en el Corán se utiliza el pronombre "Nosotros" para referirse a Dios, es por respeto, y de ninguna manera implica pluralidad. Asignarle atributos terrenales a Dios es una forma de politeísmo. De igual manera, es politeísmo asignarle atributos divinos a objetos o cosas creadas. Por ejemplo, aquel que crea que hay otro Dios aparte del Todopoderoso habrá incurrido en el pecado de politeísmo.

“¡Bendito sea el nombre de tu Señor! Él es el poseedor de la majestuosidad y generosidad.” [Corán 55:78]


Los seis artículos de la Fe

Existen ciertos dogmas que debemos creer sin dudar para ser considerados musulmanes. Esos artículos se enumeran a continuación:

  1. Creer en Dios
  2. Creer en Sus Ángeles
  3. Creer en Sus Libros
  4. Creer en Sus Profetas y Mensajeros
  5. Creer en el Día del Juicio
  6. Creer en el Designio Divino

Creer en Dios

El Islam hace hincapié en el hecho de que Dios es El Único sin socios, El Que abarca todo lo que existe, y es único de todas formas. Solo Dios, El Más Benevolente, tiene derecho a ser adorado.

Creer en Sus Ángeles

Los ángeles son creaciones de Dios. Dios, El Que Da Origen, los creó a partir de la luz. Son poderosos, y siempre actúan según lo ordenado por Dios.

Dios nos ha revelado los nombres y responsabilidades de algunos de los ángeles. El musulmán debe creer en la existencia de los ángeles. Gabriel y Miguel son dos de los ángeles mencionados en el Corán. Por ejemplo, la responsabilidad del ángel Gabriel (u) es llevar la revelación de Dios a los Profetas y Mensajeros.

Creer en Sus Libros

Los musulmanes deben creer en las escrituras originales reveladas por Dios a Sus Mensajeros. El musulmán debe creer en todas las escrituras mencionadas por Dios en el Corán. Dios, El Que Da, las reveló y las mismas son, en sus formas originales, la palabra de Dios. Las escrituras que Dios menciona en el Corán son las siguientes:

  1. Los Rollos originales revelados a Abraham.
  2. La Torah original revelada a Moisés.
  3. Los Salmos originales revelados a David.
  4. El Evangelio original revelado a Jesús.[6]
  5. El Corán revelado a Muhammad (que aún conserva su forma original).

Los musulmanes no consideran que las escrituras reveladas antes del Corán, que siguen en circulación en distintas versiones y ediciones, sean una representación precisa de su forma revelada originalmente. Según el Corán, la gente ha ido distorsionando esas escrituras según sus propios intereses mundanos. Dichas distorsiones se dan de muchas maneras, como ser agregados u omisiones del texto o cambios en el significado o el idioma. Tales distorsiones fueron adoptadas con el pasar del tiempo, y lo que queda es una mezcla del texto divino original y una interpretación y contaminación humana del mismo. Si bien los musulmanes creen en todos los libros revelados que se mencionan aquí, el medio definitivo a través del cual juzgan los distintos asuntos y buscan orientación es el Corán y las auténticas tradiciones del Profeta Muhammad (SWS).

Creer en Sus Profetas y Mensajeros

Los Profetas y Mensajeros fueron personas que recibieron revelación de Dios y la transmitieron a la gente. Fueron enviados a la humanidad para regresar a las personas al monoteísmo, para ser ejemplos vivientes de cómo rendirnos ante Dios, para guiar a las personas por el camino de la salvación. Ninguno de los Profetas y Mensajeros comparte la divinidad de Dios. Eran simples seres humanos. Está prohibido que un musulmán adore a los Profetas o Mensajeros o que los utilice como intermediarios para acercarse a Dios. El musulmán nunca debe invocarlos, suplicarles, ni buscar la piedad y el perdón de Dios a través de ellos. Por lo tanto, el termino "Mahometanismo" es un insulto y no debe nunca aplicarse a los musulmanes. Todos los Profetas y Mensajeros enseñaron que dichos actos son politeístas, y que cualquiera que los cometa estará fuera de la órbita del Islam.

A lo largo de los tiempos, Dios, El Bienhechor, ha enviado Profetas a todo el mundo. El musulmán debe creer en todos los Profetas y Mensajeros enviados por Dios. Dios ha mencionado algunos de ellos en el Corán. Algunos de los mencionados son Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad (u).[7]

Todos los Profetas y Mensajeros de Dios trajeron las enseñanzas del Islam. A lo largo de la historia, los pueblos monoteístas que se sometieron a la voluntad de Dios y siguieron la revelación de Dios a sus Profetas y Mensajeros de su tiempo son considerados musulmanes. El derecho a la herencia de Abraham se adquiere mediante el apego a la fe monoteísta de Abraham y el sometimiento a Dios, no sólo por sucesión. Cuando Moisés (u) proclamó ser Profeta, todos los que lo siguieron en su monoteísmo eran musulmanes. De igual manera, cuando Jesús (u) declaró ser Profeta con señales y milagros claros, se hizo obligatorio que todos lo aceptaran incondicionalmente si querían ser considerados musulmanes. Todos lo que rechazaron a Jesús (u) pasaron a descreer del Islam[8]. Rechazar o desaprobar a alguno de los Mensajeros de Dios descalifica a la persona como musulmán. Los musulmanes deben amar y respetar a todos los Profetas y Mensajeros de Dios que convocan a la humanidad a adorar al Creador sin asignarle ningún compañero. Todos los Profetas y Mensajeros se rendían completamente ante Dios, y eso es el Islam.

Los Profeta, desde Adán (u) a Muhammad (SWS), eran hermanos en la fe. Todos guiaban a la gente hacia la misma Verdad. Los distintos Mensajeros traían distintas leyes enviadas por Dios para guiar y regir a la gente, pero la esencia de sus enseñanzas era la misma. Todos instaban a que la gente se alejara de la adoración de seres creados y que adoraran solo al Creador, El Supremo.

En el Islam, Muhammad (SWS) tiene la distinción de ser el Mensajero final de Dios y el último de los Profetas[9]. La razón de esto es, primeramente, porque Dios completó Sus revelaciones a la humanidad y las preservó perfectamente por siempre en el Corán, y segundo, Su último Profeta y Mensajero llevó una vida ejemplar durante los veintitrés años que fue Profeta, estableciendo pautas claras para todas las generaciones venideras. Dios dice en el Corán que no vendrá ningún Profeta ni Mensajero después de él. Esa es la razón por la que Muhammad (SWS) es conocido como el último de los Profetas. Esto significa que la ley divina que fue revelada y que tomó forma en las enseñanzas del Profeta Muhammad (SWS) es para toda la humanidad hasta el Día de la Resurrección (Día del Juicio Final). Para ser creyente, es obligatorio creer en Muhammad (SWS) y en las leyes que han sido reveladas a través de él, como también en todos los Profetas y Mensajeros de Dios que pasaron antes que él. Muhammad (SWS), y los Profetas y Mensajeros que lo antecedieron también tenían que creer, obedecer, y rendirse ante Dios Todopoderoso. Si bien los musulmanes creen en todos los Profetas y Mensajeros de Dios, siguen y emulan las enseñanzas y el ejemplo del último Mensajero Muhammad (SWS). Dios, El Más Glorioso, dice lo siguiente sobre Muhammad:

“Y no te enviamos [¡Oh, Muhammad!] sino como misericordia para los mundos.” [Corán 21:107]

Creer en el Día del Juicio Final

Los musulmanes deben creer, sin lugar a dudas, en el Día del Juicio Final y la resurrección física, cuando el cuerpo será recreado y el alma se reunirá con el cuerpo gracias al poder ilimitado de Dios. De la misma manera que Dios, El Iniciador de la Humanidad, nos creó la primera vez, también será El Resucitador que nos traerá de la muerte para enfrentar un juicio perfecto ante Él. Después del Día del Juicio, la muerte no será tal, y nuestra existencia será eterna. El Día del Juicio es cuando todos y cada uno deberán pararse frente al Creador y ser cuestionados por sus acciones. En ese día tan importante, todos veremos en detalle los resultados de todo el mal o bien que hayamos hecho, por más pequeño que haya sido, en nuestras vidas. Ese día, la mentira y el engaño no serán posibles. La recompensa final es el Paraíso y el castigo es el Infierno. El Cielo y el Infierno son lugares literales que existen de verdad. No son símbolos ni metáforas.

Dios, El Que Reconoce y Recompensa con el Bien, describe al Paraíso (el Jardín de los Cielos) como un lugar maravilloso de placer, lleno de espectaculares jardines eternos y ríos que corren por debajo de los árboles. En el Paraíso no hay frío ni calor, enfermedades ni fatiga, tampoco existe el mal. Dios, el Que Da Seguridad, eliminará las enfermedades de los corazones y los cuerpos de sus habitantes, y se cumplirán todos los deseos de quienes allí vivan. Al entrar al Paraíso, será dicho: “Has heredado este Paraíso como resultado de la misericordia de Dios y de tus buenas acciones”. El mayor de los placeres del Más Allá será la posibilidad de contemplar el rostro de Dios, El Altísimo. Ser musulmán en sí no garantiza alcanzar el Paraíso a menos que uno muera en estado de sumisión al Islam y a Dios, El Único.

Dios, El Calculador, describe al Infierno como un lugar eternamente horrible, que va más allá de toda imaginación, cuyas llamas son alimentadas con hombres y piedras. Cuando los ángeles más severos envían gente al Infierno, dirán lo siguiente:

“Esto es lo que desmentíais.” [Corán 83:17]

Creemos que Dios es El Más Compasivo y Misericordioso; sin embargo, es severo en Su castigo a quienes lo merecen.

La justicia infinita de Dios es absoluta y perfecta. El Día del Juicio, se revelerán todas las acciones y todos serán tratados con justicia. No entraremos al Paraíso solo por nuestras acciones, sino por la misericordia de Dios.

Creer en el Divino Decreto de Dios

Dios, en Su eternidad, sabe todo lo que sucede en Su creación. Desde la perspectiva de los seres temporales como nosotros, esto significa que Dios, El Que Todo Lo Ve, sabe todo lo que sucedió en el pasado, lo que sucede ahora, y lo que sucederá en el futuro. El conocimiento divino de Dios es perfecto. Dios es El Que Todo Lo Sabe, y todo lo que el sabe así sucederá.

Dios, El Dominador, tiene soberanía absoluta sobre Su creación. Todo lo que existe en Su creación y todo lo que suceda en ella es resultado directo de Su voluntad. Nada sucede en la creación si no es por Su poder, Su voluntad y Su conocimiento.


El Libre Albedrío del Ser Humano

Un aspecto importante del Islam es que todo ser humano tiene el libre albedrío de elegir entre lo bueno y lo malo. Dios, El Que Otorga, ha honrado a la humanidad con este don. Ese don llega con una gran responsabilidad, y el Día del Juicio tendremos que rendir cuentas por su uso.

El libre albedrío no contradice de ninguna manera el hecho de que Dios, El Testigo, sabe todo lo que sucederá en la creación. Tal vez alguien pregunte: “Si Dios sabe que cometeré un pecado mañana, entonces es inevitable que así suceda porque el conocimiento de Dios es infalible, y Dios sabe que así sucederá”. El conocimiento que tiene Dios de la decisión de esta persona no significa que él o ella tengan la obligación de tomar esa decisión.

El libre albedrío no contradice de ninguna manera la soberanía absoluta de Dios sobre todo lo que existe en la creación. Tampoco contradice el hecho de que nada sucede en la creación excepto a través de la voluntad de Dios. Quizás alguien diga: “Entonces, no tengo libre albedrío. Mi libre albedrío no es más que una ilusión”. Al contrario, Dios nos creó a todos y cada uno de nosotros con la capacidad de formular una intención. Dios quiere que podamos tomar nuestras propias decisiones. Cuando una persona escoge hacer algo, Dios, a través de Su divina voluntad, crea las acciones y circunstancias que permitirán que se lleve a cabo la intención de esa persona. La voluntad de Dios es que los seres humanos tengan libre albedrío. Dios no siempre está complacido con las decisiones tomadas por las personas, pero quiere que puedan tomar dichas decisiones por elección propia. Un ejemplo de esto es la voluntad de una persona de hacer una buena acción. Puede que esa acción nunca se lleve a cabo, pero quizás Dios recompense a esa persona por tener la intención de hacer una buena acción. Si la buena acción llega a buen término, Dios recompensará tanto a la intención como a la acción. En otras palabras, Dios, El Juez, puede recompensar por aquellas buenas acciones que no se realizaron, pero por las cuales hubo una intención; sin embargo, no castiga por las malas acciones que no se llevan a cabo.


No se Puede Forzar a Creer

A partir de ese énfasis en el libre albedrío, podemos decir que el Islam solo puede aceptarse por libre elección. El objetivo de la vida humana es adorar a Dios a partir de nuestro propio libre albedrío. Por lo tanto, la fe solo tiene valor si se acepta a partir de la libertad de elección. Si una persona es obligada a aceptar cualquier religión, esa aceptación es falsa y no tiene valor. Dios, El Gentil, dice:

“No está permitido forzar a nadie a creer. La guía se ha diferenciado del desvío. Quien se aparte de Satanás y crea en Allah, se habrá aferrado al asidero más firme [el Islam], que nunca se romperá. Y Allah es Omnioyente, Omnisciente.[Corán 2:256]


[1] El símbolo (r) significa 'que la Paz y las Bendiciones de Dios sean con él'. Es tradición islámica ofrecer paz y bendiciones a todos los Profetas y Mensajeros de Dios. Respetar a los representantes de Dios es respetar a Dios.

[2] Las palabras que aparezcan en negrita a lo largo del texto indican ya sea un versículo del Corán o uno de los nombres y atributos de Dios.

[3] Algunos musulmanes se sienten incómodos al llamar "religión" al Islam, pues el Islam no es un credo institucionalizado. En árabe, Islam se refiere a un Din, a una "Manera de vida". Es lo mismo que los primeros cristianos que llamaban a su fe "El Camino".

[4] "De manera voluntaria" significa aquí más que "sin coerción". Significa rendirse ante Dios sin tener motivos o reservas ulteriores y con una total devoción.

[5] El símbolo (u) significa 'que la paz sea con él', término de respeto que, según la tradición islámica, los musulmanes le otorgan a todos los profetas y mensajeros de Allah, y a los ángeles de Allah a quienes mencionamos por su nombre.

[6] Los distintos evangelios de la Biblia actual, fueron escritos por otros autores después del tiempo de Jesús (u). El Evangelio mencionado en el Corán se refiere únicamente a las revelaciones que llegaron a través de Jesús, hijo de María (u).

[7] Los Profetas mencionados en el Corán son: Adán, Enoch (Idris), Noé, Hud, Salih, Abraham, Lot, Ismael, Isaac, Jacobo, José, Shu'ayb, Job, Moisés, Aarón, Ezequiel, David, Salomón, Elías, Elisha, Jonás, Zacarías, Juan 'El Bautista', Jesús, y Muhammad (que la paz sea con todos ellos).

[8] Dios le reveló a Muhammad (r):

“Dispusimos para vosotros la misma religión [monoteísta] que le habíamos encomendado a Noé, y que te revelamos a ti [en el Corán] y que le encomendamos a Abraham, Moisés y Jesús, para que seáis firmes en la práctica de la religión, y no os dividáis en ella. Pero a los idólatras les parece difícil aquello a lo que tú les invitas [al monoteísmo]. Allah elige [para que acepte la fe] a quien quiere, y guía hacia Él a quien se arrepiente”. [Corán 42:13]

[9] Algunos musulmanes se refieren a los siguientes versos bíblicos como el anuncio de la llegada del Profeta Muhammad (r): [Deut. 18:15, 18:18; Juan 1:19 – 21, 14:16, 14:17, 15:26, 16:7 – 8, 16:12 – 13]

Leave a comment

You are commenting as guest. Optional login below.