El Verdadero Mensaje de Jesucristo I

El Verdadero Mensaje de Jesucristo I

Introducción

Jesucristo representa el vínculo común entre las dos religiones con mayor cantidad de adeptos en el mundo, el Cristianismo y el Islam. El siguiente estudio del mensaje de Jesús y su persona se basa en este vínculo. Es nuestro anhelo que a través de este estudio, tanto musulmanes como cristianos entiendan mejor el significado de Jesús y la importancia de su mensaje.

No obstante, para que podamos identificar con precisión el verdadero mensaje de Jesucristo, hay que mantener un punto de vista objetivo a lo largo de la investigación. No debemos dejar que las emociones opaquen nuestra visión y terminen cegándonos de la verdad. Debemos prestar atención a todos los temas de manera racional y separar la verdad de la falsedad – con ayuda del Todopoderoso.

Cuando vemos la variedad de falsas religiones y creencias desviadas que hay en el mundo y el celo con el que sus seguidores sostienen esas creencias, se hace evidente que esas personas no pueden encontrar la verdad debido a su compromiso ciego con esas creencias. Su tenaz apego normalmente no está basado en un entendimiento intelectual de las enseñanzas, sino en poderosas influencias culturales y emocionales. Dado que fueron criados en una familia o sociedad en particular, se aferran firmemente a las creencias de esa sociedad, creyendo que tienen la verdad.

La única manera en que podemos encontrar la verdad sobre cualquier cosa es encararla de manera lógica y sistemática. Primero, debemos sopesar la evidencia y luego juzgarla mediante la inteligencia que Dios nos ha dado. En el mundo material, la inteligencia es fundamentalmente lo que distingue a humanos de animales, los cuales actúan meramente por instinto. Luego de determinar cuál es la verdad objetiva, debemos comprometernos a ella emocionalmente. Sí, hay lugar para el compromiso emocional, pero el mismo debe llegar después de una comprensión razonada de todos los temas. El compromiso emocional es esencial, dado que es evidencia de un verdadero entendimiento. Cuando uno entiende plena y correctamente la realidad del tema, está preparado mental y espiritualmente para sostener con fuerza esa realidad.

Es desde ese punto de vista intelectual y espiritual que se analizará en las siguientes páginas el tema del mensaje de Jesús y su relevancia para quienes desean seguir a Dios.

 

Dr. Bilal Philips, Arabia Saudita, 1989

 

Capítulo Uno: Las Escrituras

 

El título ‘El Verdadero Mensaje de Jesucristo’ se compone de dos partes básicas:

1. El Mensaje, y

2. La persona de Jesucristo.

Cada una es inseparable de la otra. Para poder entender el mensaje de Jesús, debemos saber quién fue. No obstante, para entender quien fue, es necesario identificar y comprender su mensaje.

Hay dos caminos posibles a tomar a la hora de analizar la identidad de Jesucristo y el contenido de su mensaje. Uno se basa en los registros históricos compilados por los historiadores modernos a partir de las escrituras y reliquias de ese período mientras que el otro se basa en los contenidos de las Escrituras reveladas.

En realidad, hay muy poca evidencia histórica que nos informe quién fue Jesucristo o que determine cuál fue su mensaje. Los documentos históricos oficiales de esa época prácticamente no contienen registros de Jesús. Un estudioso de La Biblia, R.T. France, escribe lo siguiente:

“Ninguna inscripción del siglo I lo menciona ni tampoco sobrevive ningún objeto o construcción que tenga una relación directa con él”.[1]

Este hecho incluso ha llevado a algunos historiadores occidentales a sostener erróneamente que Jesucristo nunca existió. Por lo tanto, la investigación debe basarse principalmente en las escrituras que tratan de la persona y la misión de Jesucristo. Las escrituras en cuestión son aquellas reconocidas oficialmente por el Cristianismo y el Islam. Sin embargo, para analizar con precisión la información contenida en dichos textos religiosos, es esencial determinar primero su validez. ¿Se trata de fuentes documentales y evidencias confiables, o son mitos e historias humanas fraguadas, o son una mezcla de ambos? ¿Son el Antiguo y Nuevo Testamentos escrituras reveladas divinamente? ¿Cuán auténtico es el Corán?

Para que La Biblia y el Corán sean la palabra divina de Dios, deben estar libres de cualquier contradicción inexplicable, y no debe caber ninguna duda sobre su contenido ni sus autores. Si este es el caso, el material contenido en el Antiguo y el Nuevo Testamento y el Corán puede considerarse fuentes confiables de información sobre el mensaje y la persona de Jesucristo.

 

Auténticos Manuscritos

Diversos estudiosos han documentado a partir de varias ramas y sectas del Cristianismo que gran parte del material de La Biblia es de dudosa autenticidad.

En el prefacio de The Myth of God Incarnate, el editor escribió lo siguiente:

“En el siglo XIX, el Cristianismo occidental hizo dos nuevos e importantes ajustes en respuesta a dos ampliaciones igualmente importantes del conocimiento humano: Aceptó que el hombre es parte de la naturaleza y que ha surgido de la evolución de las formas de vida en esta tierra; y aceptó que los libros de La Biblia fueron escritos por seres humanos en diversas circunstancias, y que no se puede establecer que tienen autoridad verbal divina”.[2]

En la revista internacional de noticias Newsweek[3], que publicó un artículo titulado ‘O Lord, Who Wrote Thy Prayer?’ (Oh Señor, ¿quién escribió tu plegaria?), un grupo de teólogos de las principales sectas protestantes, junto con respetados estudiosos católicos de los Estados Unidos, concluyeron, luego de un análisis detallado de los primeros manuscritos del Nuevo Testamento, que la única palabra del “Padre Nuestro”[4] que pueden atribuirse a Jesucristo es “padre”. Es decir, según los expertos consultados, todas las palabras que vienen después de la frase “Padre Nuestro” fueron agregadas siglos después por los escribas de la iglesia que copiaron los primeros manuscritos de los Evangelios[5]. Por otro lado, el U.S. News & World Report cita palabras del equipo de estudiosos quienes dicen que más del 80 por ciento de las palabras atribuidas a Jesús en los Evangelios podrían ser apócrifas[6]. Eso incluye las palabras de la Eucarístia[7] de Jesús en la Última Cena (“Tomad y comed. Este es mi cuerpo...”) y todas las palabras que se dice fueron pronunciadas por él en la cruz.[8]

El Dr. J.K. Elliott, del Departamento de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad de Leeds, escribió un artículo publicado en The Times, Londres (10 Septiembre, 1987) titulado “Checking the Bible’s Roots” (Verificando las raíces de La Biblia). En el mismo sostiene que:

“Más de 5000 manuscritos contienen todo o parte del Nuevo Testamento en su idioma original. Estos van del siglo II de nuestra era hasta la invención de la imprenta. Se ha estimado que no hay dos de ellos que coincidan en todos sus puntos. Inevitablemente, todos los documentos manuscritos están sujetos a contener errores accidentales en su copiado. Sin embargo, en las obras teológicas vivas no ha de sorprendernos que se introduzcan cambios deliberados para evitar o alterar palabras que el copista consideró poco firmes. También existió una tendencia de los copistas de agregar glosas explicativas [9]. Es más probable que los cambios deliberados se hayan introducido en las primeras etapas antes de que se estableciera el estatus canónico del Nuevo Testamento”.

El autor prosiguió explicando que:

“ningún manuscrito contiene el texto original en su totalidad y sin modificar”, y que “uno no puede elegir ninguno de esos manuscritos y confiar exclusivamente en su texto como si fuera el monopolio de las palabras originales de los autores originales”.

Más adelante agregó:

“Si uno sostiene aún más allá que el texto original ha sobrevivido en algún lugar entre los miles de manuscritos existentes[10], uno se ve obligado a leerlos todos, unir de manera sistemática las diferencias entre ellos, y luego evaluar, variante por variante, cuáles son los manuscritos que tienen el [texto] original y cuáles los secundarios. Tal perspectiva ha amilanado[11] a muchos estudiosos bíblicos que se han conformado con remitirse a los textos impresos de épocas anteriores, en los cuales sólo se utilizó la evidencia de algunos manuscritos favoritos. Aún muchas de las recientes ediciones impresas del Nuevo Testamento Griego, y las traducciones modernas basadas en él, siguen esta práctica de construir el texto sobre la estrecha base de que es poco probable que sea original en su totalidad”.

 

Versiones de La Biblia Inglesa

En el prefacio de la versión más utilizada de La Biblia, la Versión Estándar Revisada, los autores escribieron lo siguiente:

“La Versión Estándar Revisada de La Biblia es una edición autorizada de la Versión Estándar Estadounidense, publicada en 1901, la cual era una revisión de la Versión King James, publicada en 1611...

“La Versión King James tenía que competir con La Biblia de Ginebra (1560) en el uso popular; pero al final prevaleció, y durante más de dos siglos y medio no se realizó otra traducción autorizada de La Biblia al idioma inglés. La Versión King James se convirtió en la “Versión Autorizada” de los pueblos angloparlantes... Pero la Versión King James tiene graves defectos. Hacia mediados del siglo XIX, el desarrollo de estudios bíblicos y el descubrimiento de muchos manuscritos más antiguos que aquellos en que se basaba la Versión King James, dejó en evidencia que dichos defectos son muchos y muy serios y que ameritaban llamar a revisión la traducción inglesa. La tarea fue llevada a cabo, por autoridad de la Iglesia de Inglaterra, en 1870. La Versión Inglesa Revisada de La Biblia fue publicada en 1881-1885; y la Versión Estándar Estadounidense, su variante que engloba las preferencias de los estudiosos estadounidenses asociados en esa obra, fue publicada en 1901”.[12]

“La Versión King James del Nuevo Testamento estaba basada en un texto griego plagado de errores y que contenía fallos acumulados de catorce siglos de copias manuscritas. Fue básicamente el texto griego del Nuevo Testamento según fue editado por Beza, 1589, quien siguió de cerca el publicado por Erasmo, 1516-1535, el que se basó en unos pocos manuscritos medievales. El primero y el mejor de los ochos manuscritos que Erasmo consultó era del siglo X, y prácticamente no lo utilizó ya que difería demasiado del texto recibido comúnmente; Beza tuvo acceso a dos manuscritos de gran valor, que datan de los siglos V y VI, pero tampoco los utilizó demasiado ya que diferían del texto publicado por Erasmo”.[13]

“... La Versión Estándar Estadounidense estaba protegida por derechos de autor, lo cual impedía que se realizaran cambios no autorizados. En 1928 estos derechos fueron adquiridos por el Concejo Internacional de Educación Religiosa, y fueron pasados a las iglesias de los Estados Unidos y Canadá que estaban asociadas en este ente a través de sus juntas de educación y publicación. El Concejo nombró un comité de estudiosos que tendrían a cargo el texto de la Versión Estándar Estadounidense y recogerían las inquietudes sobre si era o no necesaria una nueva revisión... [Después de dos años] se llegó a la decisión de que era necesaria una profunda revisión de la versión de 1901, que permanecería lo más fiel posible a la tradición Tyndale-King James... En 1937, se autorizó la revisión gracias al voto del Concejo”.[14]

“Treinta y dos estudiosos han sido miembros del Comité a cargo de realizar la revisión, y han asegurado la asesoría control de una Junta de cincuenta representantes de las distintas denominaciones conformantes... La Versión Estándar Revisada del Nuevo Testamento fue publicada en 1946”.[15]

“La Versión Estándar Revisada de La Biblia, que contiene los Antiguo y Nuevo Testamentos, fue publicada el 30 de septiembre de 1952, y ha sido aceptada ampliamente”.[16]

En la Versión Estándar Revisada de La Biblia, se eliminaron del texto principal una serie de versos claves de la Versión King James de ambos Testamentos, los cuales los estudiosos bíblicos concluyeron que fueron agregados en siglos posteriores, y fueron colocados en pies de página. Por ejemplo, el famoso pasaje del Evangelio de Juan 8.7 sobre la mujer adúltera que estaba a punto de ser apedreada. Se supone que Jesús dijo: “El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”. Los pies de página de la Versión Estándar Revisada de La Biblia (1952) dicen “Las autoridades más antiguas omiten 7.53-8.11”.[17] Dado que el manuscrito vaticano n° 1209 y el código manuscrito sinaítico del siglo IV no contienen esos doce versos, los estudiosos bíblicos han concluido que estas palabras no pueden ser atribuidas a Jesús. Otro ejemplo es el pasaje atribuido a Jesús y que se utiliza como evidencia referencial a la Trinidad en las Escrituras. En 1 Juan 5.7, se supone que Jesús dijo:

“Tres son, pues, los que dan testimonio: [8].el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres coinciden en lo mismo.”[18]

El conocido estudioso de La Biblia, Benjamin Wilson, escribe que este texto que trata del “testigo sagrado” no está contenido en ningún manuscrito griego que haya sido escrito antes del siglo XV. En consecuencia, en la Versión Estándar Revisada, este verso fue eliminado del texto sin siquiera dejarlo como una nota al pie. No obstante, para lograr que el número total de versos en la Versión Estándar Revisada sea igual al de la Versión King James, los revisores dividieron en dos el verso 6.

La Segunda Edición de la traducción del Nuevo Testamento (1971) se benefició de los estudios textuales y lingüísticos publicados desde la primera edición del Nuevo Testamento de la Versión Estándar Revisada en 1946.[19] Por lo tanto, se reinstauraron algunos pasajes que habían sido eliminados, y se eliminaron otros que habían sido aceptados. “Se reinstauraron dos pasajes, el final más largo de Marcos (16.9-20) y el relato de la mujer acusada de adulterio (Juan 7.53-8.11), separados del texto por un espacio en blanco y acompañados de notas informativas... Con el apoyo de nuevos manuscritos, se reinstauraron dos pasajes, Lucas 22.19b-20 y 24.51b, y un pasaje, Lucas 22.43-44 se colocó en las notas al pie, tal como una frase en Lucas 12.39”.[20]

 

Autoría

Según los estudiosos bíblicos, aún la autoría de los libros del Antiguo Testamento y los Evangelios mismos está en duda.

 

La Torá

Los primeros cinco libros de La Biblia (el Pentateuco)[21] se le atribuyen tradicionalmente al Profeta Moisés[22]; no obstante, existen muchos versos dentro de estos libros que indican que el Profeta Moisés podría no haber escrito todo lo que hay en ellos. Por ejemplo, Deuteronomio 34.5-8 dice:

“Allí murió Moisés, siervo de Yavé, en la tierra de Moab, conforme Yavé lo había dispuesto. Lo sepultaron en el valle, en el país de Moab frente a Baal Peor, pero nadie hasta hoy ha conocido su tumba. Tenía Moisés ciento veinte años cuando murió. No había perdido su vigor y sus ojos veían aún claramente. Los hijos de Israel hicieron duelo por él en los campos de Moab; durante treinta días estuvieron en duelo.”

Es bastante obvio que no fue el Profeta Moisés quien escribió los versos sobre su propia muerte.

Algunos estudiosos cristianos explican estas discrepancias sugiriendo que Moisés había escrito sus libros, pero que los profetas posteriores, al igual que los escribas inspirados, hicieron los agregados mencionados anteriormente. En consecuencia, según ellos, el texto, en su totalidad, sigue siendo una escritura inspirada de Dios.

Sin embargo, esta explicación no tolera ningún escrutinio, ya que el estilo y las características literarias de los versos interpolados son los mismos que en el resto del texto.

En el siglo XIX, los estudiosos de La Biblia Cristiana comenzaron a debatir el significado de los “dobletes” que aparecían en la Tora. Se trata de relatos que aparecen dos veces, cada una con detalles diferentes. Entre ellos están las dos versiones de la creación del mundo, el acuerdo entre Dios y Abraham, el cambio de nombre de Jacob a Israel por parte de Dios, y de Moisés sacando agua de una roca.[23]

Los defensores de la autoría de Moisés sostenían que los dobletes no eran contradictorios sino instructivos. Su intención era enseñarnos los significados más profundos y sutiles de la Tora. No obstante, esta afirmación quedó relegada por parte de estudiosos más liberales quienes advirtieron que algunos dobletes no solo eran claramente contradictorios, sino también que cuando los dobletes estaban separados en dos relatos distintos, cada uno usaba un nombre distinto para Dios. Uno siempre se refería a Dios como Yahweh / Jehová. Este documento fue llamado “J”. El otro se refería siempre a Dios como Elohim, y fue llamado “E”.[24] Había también diversas características literarias comunes a uno u otro documento. Análisis lingüísticos modernos, según el Profesor Richard Friedman,[25] indica que los cinco libros de Moisés son una mezcla de hebreo de los siglos IX, VIII, VII, y VI A.C. Por lo tanto, Moisés, quien vivía en el siglo XIII A.C, estaba más lejos del hebreo de La Biblia que lo que estaba Shakespeare del inglés que se habla hoy.

Un estudio del Pentateuco descubrió que no estaba compuesto de dos fuentes principales, sino de cuatro. Se descubrió que algunos relatos no eran dobletes sino tripletes. También se identificaron otras características literarias para dichos documentos. La tercera fuente fue llamada “P” (de priestly, en inglés), y la cuarta fue denominada “D” (de Deuteronomio).[26]

Es difícil determinar hasta qué punto se hicieron agregados menos obvios al texto original. En consecuencia, hay un gran manto de duda sobre la autoría de los libros como un todo.

En el apéndice de la Versión Estándar Revisada titulado “Libros de La Biblia”, consta lo siguiente con respecto a la autoría de más de un tercio de los libros restantes del Antiguo Testamento:


Libros

Autores

Jueces

Posiblemente Samuel

Ruth

Tal vez Samuel

Primera de Samuel

Desconocido

Segunda de Samuel

Desconocido

Primera de Reyes

Desconocido

Segunda de Reyes

Desconocido

Primera de Crónicas

Desconocido

Esther

Desconocido

Job

Desconocido

Eclesiastés

Dudoso

Jonás

Desconocido

Malaquias

No se conoce nada

 

Apócrifa

Más de la mitad de los cristianos del mundo son católicos romanos. Su versión de La Biblia fue publicada en 1582 a partir del Latin Vulgate de Jerome, y reproducida en Douay en 1609. El Antiguo Testamento de la VCR (Versión Católica Romana) contiene siete libros más que la Versión King James reconocida por el mundo protestante. Los libros extras son conocidos como la ‘apócrifa’ (es decir, de autoridad dudosa) y fueron eliminados de La Biblia en 1611 por los estudiosos bíblicos protestantes.

 

Los Evangelios

El arameo era el idioma hablado por los judíos de Palestina. Por lo tanto, se cree que Jesús y sus discípulos hablaban y enseñaban en arameo.[27]

“La más antigua tradición oral de las acciones y dichos de Jesús sin duda alguna circuló en arameo. Sin embargo, los cuatro Evangelios fueron escritos en una lengua totalmente distinta, el griego común, la lengua hablada del mundo mediterráneo civilizado, para llegar a la mayoría de la Iglesia, que se estaba convirtiendo en Helenística (greco parlante) en vez de Palestina. En los Evangelios griegos sobreviven rastros de arameo. Por ejemplo, en Marcos 5:41, “Tomándola de la mano le dijo ‘Tal’itha cu’mi’; que significa ‘Niña, te digo, levántate’” y en Marcos 15:34 “Y en la novena hora, Jesús gritó en voz alta ‘Elohim, Elohim, la’ma sabactani?’ que significa ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’”[28]

El Evangelio de Marcos en el Nuevo Testamento, si bien es considerado por los estudiosos de la Iglesia como el más antiguo de los Evangelios, no fue escrito por un discípulo de Jesús. Los estudiosos bíblicos concluyeron, sobre la base de evidencia contenida en el Evangelio, que Marcos no era discípulo de Jesús. Aún más, según ellos, ni siquiera hay certeza sobre quién era Marcos. El autor cristiano antiguo Eusebio (325 C.E.), dio cuenta que otro autor antiguo, Papias (130 C.E.), fue el primero en atribuir el Evangelio a Juan Marcos, un compañero de Pablo.[29] Otros sugirieron que podría haber sido el escriba de Pedro mientras que otros sostienen que pudo haber sido otra persona.

Lo mismo sucede con los otros Evangelios. Si bien Mateo, Lucas y Juan son los nombres de discípulos de Jesús, los autores de los Evangelios que llevan sus nombres no eran discípulos famosos, sino otras personas que usaban los nombres de los discípulos para darle credibilidad a sus relatos. De hecho, todos los Evangelios circulaban originalmente de manera anónima. Los nombres de autor fueron asignados más tarde por figuras desconocidas de la primera iglesia.[30]

Libros

Autores

Evangelio de Mateo

Desconocido[31]

Evangelio de Marcos

Desconocido[32]

Evangelio de Lucas

Desconocido[33]

Evangelio de Juan

Desconocido[34]

Hechos de los apostoles

Autor de Lucas[35]

I, II, III Juan

Autor de Juan[36]

 

J.B. Phillips, prebendario[37] de la Catedral de Chichester, Iglesia Anglicana de Inglaterra, escribió el siguiente prefacio para su traducción del Evangelio según San Mateo:

“Las antiguas tradiciones le adjudicaban este Evangelio al apóstol Mateo, pero casi todos los estudiosos de hoy en día rechazan esta opinión. El autor, a quien podemos llamar Mateo por conveniencia, se ha basado básicamente en la misteriosa “Q”[38], la cual podría haber sido una recopilación de tradiciones orales. Él ha utilizado libremente el Evangelio de Marcos, aunque ha reordenado los eventos y en distintos momentos ha utilizado palabras diferentes para lo que en realidad es el mismo relato”.[39]

El Cuarto Evangelio (Juan) fue rechazado como hereje por la iglesia de los primeros tiempos, y no conoce ninguna de las historias asociadas con Juan, hijo de Zebedee[40]. Según lo consideran diversos estudiosos, fue probablemente escrito por una “escuela” de discípulos, quizás en Siria en la última década del siglo I.[41]

 

Contradicciones

El carácter poco confiable de gran parte del material de La Biblia también puede encontrarse en las muchas contradicciones de los textos de los Antiguo y Nuevo Testamentos. Los siguientes son sólo algunos ejemplos:

El Antiguo Testamento

1. Los autores de Samuel y Crónicas relatan la misma historia sobre el Profeta David realizando un censo a los judíos. Sin embargo, en 2do Samuel, dice que el Profeta David actuó según las instrucciones de Dios, mientras que en 1ro Crónicas, lo hizo según las instrucciones de Satán.

II SAMUEL 24

El Censo

I CRÓNICAS 21

El Censo

Y nuevamente la ira del Señor fue encendida contra Israel, y él avanzó contra ellos y dijo “Ve y censa a Israel y Judea”.

Y Satán se levantó contra Israel y provocó a David para que censara a Israel.

 

2. Al describir la duración de la plaga profetizada por Gad[42], el autor de II Samuel dijo que fue de siete años, mientras que el autor de I Crónicas lo estableció en tres años.

II SAMUEL 24:13

La Plaga

I CRÓNICAS 21:11

La Plaga

Entonces Gad vino a David y le dijo, “¿Vendrán siete años de hambruna a tu tierra? ¿O huirás tres meses antes de que tus enemigos te persigan?”

Entonces Gad vino a David y le dijo, “Escoge 12 entre tres años de hambruna; o tres meses para ser destruido ante tus enemigos, mientras la espada de tus enemigos cae sobre ti’

 

3. En II Crónicas, consta que Jehoiachin tenía ocho años de edad cuando comenzó a reinar, mientras que en II Reyes, dice que tenía dieciocho años.

II CRÓNICAS 24:13

La Edad

II REYES 24:8

La Edad

Jehoiachin tenía ocho años de edad cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén: E hizo lo que era malo a los ojos del Señor.

Jehoiachin tenía dieciocho años de edad cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante tres meses. Y el nombre de su madre era Nehushta, hija de Elnathan de Jerusalén.

 

4. El autor de II Samuel describió como setecientos el número de sirios muertos durante una batalla con el Profeta David, mientras que el autor de I Crónicas eleva esa cifra a siete mil.

II SAMUEL 10:18

Los Muertos

I CRÓNICAS 19:18

Los Muertos

Y los sirios huyeron ante Israel; y David masacró los hombres de setecientas carrozas de los sirios, y cuarenta mil jinetes, y aniquiló a Shobach, el capitán de la tropa, quien murió allí.

Pero los sirios huyeron ante Israel; y David masacró a siete mil hombres de los sirios que peleaban en carrozas, y a cuarenta mil hombres de a pie, y aniquiló a Shophach, el capitán de la tropa.

 

Si bien algunos pueden decir que omitir un ‘1’ o un ‘0’ es insignificante, ya que se trata de un error de copiado, no es el caso aquí, ya que los judíos escribían los números en letras.

Tales discrepancias no pueden ser aceptadas como parte de un texto revelado divinamente. Además, demuestran la falibilidad de los autores humanos además de ser una prueba de que los textos del Antiguo Testamento no fueron conservados de manera divina.

 

El Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento también se pueden encontrar contradicciones similares. Las siguientes son sólo algunas de ellas:

1. Los relatos del Evangelio varían según quién llevó la cruz en la que se suponía que Jesús habría de ser crucificado. En Mateo, Marcos y Lucas, fue Simón de Cirene, y en Juan, fue Jesús.

LUCAS 23:26[43]

La Cruz

JUAN 19:17

La Cruz

Mientras lo llevaban, atraparon a un hombre, Simón de Cirene, quien venía del campo, y pusieron la cruz sobre él y lo obligaron a llevarla.

Así fue como se llevaron a Jesús. Cargando con su propia cruz, salió de la ciudad hacia el lugar llamado Calvario (o de la Calavera)...

 

  1. 2.Después de la “crucifixión” de Jesús, los relatos del Evangelio difieren en lo que respecta a las personas que visitaron su tumba, cuándo sucedió la visita, al igual que el estado de la tumba al ser visitada. Los Evangelios de Mateo, Lucas, y Juan sostienen que la visita tuvo lugar antes del amanecer, mientras que el Evangelio de Marcos afirma que fue después del amanecer. En otros tres Evangelios (Marcos, Lucas y Juan) las mujeres descubrieron que la puerta de piedra de la tumba estaba derrumbada, pero en uno de los Evangelios (Mateo) la tumba estaba cerrada hasta que un ángel descendió ante ellos y la tumbó.

 

MARCOS, 16:1-2

La Visita

JUAN, 20:1

La Visita

MATEO, 28:1-2

La Visita

Y cuando pasó el Sabbath, María Magdalena, Y María, madre de Jaime y Salomé, compró especias para ir allí y ungirlo.[44]. Y bien temprano el primer día de la semana fueron a la tumba cuando el sol ya había salido.

El primer día de la semana, María Magdalena fue temprano a la tumba, cuando aún estaba oscuro, y vio que la roca había sido quitada de la tumba.

Después del Sabbath, hacia el alba del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron al sepulcro. Y allí había habido un gran terremoto; pues un ángel del Señor descendió de los Cielos, tumbó la roca y se sentó sobre ella.

 

3. El Nuevo Testamento relata diversas historias respecto al destino de Judas Iscariote y el dinero que recibió por traicionar a Jesús. Según Mateo, se ahorcó, mientras que en Hechos de los Apóstoles consta que cayó en un campo y allí murió.

 

MATEO 27:3-6

El Destino de Judas

HECHOS DE LOS APÓSTOLES, 1:18

El Destino de Judas

Cuando Judas, su traidor, vio que Jesús fue condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los sacerdotes y ancianos, ...Y arrojando las monedas de plata en el templo, se fue del lugar para luego ahorcarse.

Este hombre adquirió una parcela con la recompensa de su maldad; cayó allí súbitamente y estalló con sus entrañas saliéndole a borbotones.

 

4. Cuando se compara en Mateo 1:6-16 la genealogía de Jesús desde David con la de Lucas 3:23-31, existen varias diferencias.

Primero: En Mateo, Jesús tiene 26 parientes entre él y David, pero en Lucas tiene 41.

Segundo: Los nombres en ambas listas varían considerablemente después de David, y sólo dos nombres coinciden: José y Zorobabel. Ambas listas comienzan con José, extrañamente, como padre de Jesús, pero en Mateo, el autor registra que el abuelo paterno de Jesús es Jacobo, mientras que en Lucas es Eli. Si uno aceptara la idea de que una de las listas es en realidad la genealogía de María, no podría haber diferencias en lo que respecta a David, su antepasado en común. Ambas listas vuelven a encontrarse en Abraham y entre David y Abraham la mayoría de los nombres coinciden. Sin embargo, en la lista de Mateo, el nombre del hijo de Hezron es Ram, padre de Ammin’adab, mientras que en la lista de Lucas, el nombre del hijo de Hezron es admin., padre de Ammin’adab.[45] En consecuencia, entre David y Abraham hay 12 antepasados en la lista de Mateo, y 13 en la lista de Lucas.

Estas discrepancias y muchas otras similares en los Evangelios son claros errores que proyectan una sombra de duda sobre su autenticidad como textos divinos revelados. En consecuencia, la mayoría de los estudiosos cristianos de hoy ven a los libros del Antiguo y el Nuevo Testamento como relatos humanos que creen haber sido inspirados por Dios. No obstante, aún la idea de que fueron inspirados por Dios es cuestionable pues implica que Dios inspiró a los autores a escribir errores y contradicciones en Sus escrituras.

Una vez establecido el hecho de que la autenticidad del Nuevo y el Antiguo Testamento es cuestionable, puede decirse con certeza que La Biblia no puede ser empleada como una fuente de referencia auténtica para establecer quién fue Jesús, ni tampoco el contenido de su mensaje.

 

El Corán

Por otro lado, el Corán – que según los musulmanes es la palabra de Dios revelada al Profeta Muhammad (r) — fue escrito y memorizado, de principio a fin, durante los años de vida del Profeta.

Durante el primer año después de su muerte, se produjo el primer texto escrito estándar del Corán .[46] Y en los primeros 14 años después de su muerte, las copias autorizadas (el Texto ‘Uzmánico) realizadas a partir del códice estándar[47] fueron enviadas a las capitales del estado musulmán, y se destruyeron las copias no autorizadas.[48]

Desde la muerte del Profeta en 632 de la era cristiana, cada vez más personas memorizaron el texto completo del Corán de principio a fin. Hoy existen decenas de miles de personas en todo el mundo que recitan el texto completo de memoria, durante el mes de Ramadán, todos los años, como también en otras ocasiones.

Uno de los principales orientalistas, Kenneth Cragg, dijo lo siguiente en relación a la memorización y conservación del texto coránico:

“Este fenómeno de recitación coránica significa que el texto ha atravesado los siglos en una secuencia viva e ininterrumpida de devoción. Por lo tanto, no puede ser tomado como algo anticuado, ni tampoco como un documento histórico perteneciente a un pasado distante.”[49]

Otro orientalista, William Graham, escribió lo siguiente:

“Para los millones de musulmanes que han existido en más de catorce siglos de historia islámica, ‘escritura’, al-kitab es un libro aprendido, leído y transmitido a través de la repetición oral y la memorización. El Corán escrito puede ‘arreglar’ visiblemente el texto autoritario de la Palabra Divina de una manera desconocida en la historia, pero el carácter autoritario del libro coránico solo llega a su plenitud y perfección cuando se recita correctamente.”[50]

John Burton, otro estudioso, afirmó:

“El método de transmitir el Corán de generación en generación haciendo que los jóvenes memoricen la tradición oral de sus mayores desde el principio ha mitigado de alguna manera los peores peligros de confiar solamente en los registros escritos... ”[51]

Al final de una voluminosa obra sobre la colección del Corán, Burton sostuvo que el texto del Corán que vemos hoy en día es:

“El texto que nos ha llegado en la forma en que fue organizado y aprobado por el Profeta... Lo que tenemos hoy en nuestras manos es el [52] de Muhammad.”[53]

 

Críticas a las Escrituras

Los mismos principios de análisis que fueron aplicados a los manuscritos de La Biblia por los estudiosos de la misma y que sacaron a la luz sus fallas y alteraciones, fueron aplicados a los manuscritos coránicos reunidos de todo el mundo. Fueron comparados los antiguos manuscritos descubiertos en la Biblioteca del Congreso en Washington, el Museo Chester Beatty de Dublín, Irlanda, el Museo de Londres, y Museos en Tashkent, Turquía, y Egipto, todos de distintas períodos de la historia islámica. El resultado de dichos estudios confirma que no hubo ningún cambio en la forma del texto en su escritura original. Por ejemplo, el “Institute fur Koranforschung”, de la Universidad de Munich, Alemania, recogió y cotejó más de 42.000 copias completas o incompletas del Corán. Luego de unos cincuenta años de estudios, reportaron que en lo que respecta a diferencias entre las diversas copias, no existían variantes, salvo errores ocasionales de los copistas, los cuales podían detectarse fácilmente. El instituto fue destruido por bombas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. [54]

 

Contradicciones en el Corán

El Corán permanece en su idioma original, el árabe, y el Corán desafía a sus lectores en el capítulo an-Nisaa, 4:82 a encontrar errores en el mismo, si es que no creen que de verdad viene de Dios.

“¿Acaso no reflexionan en el Corán y sus significados? Si no procediera de Allah habrían encontrado en él numerosas contradicciones.”

Las pocas “contradicciones evidentes” que mencionan aquellos que pretenden reducir el Corán a nivel de La Biblia pueden explicarse fácilmente. Por ejemplo, el “primer creyente” de los siguientes versículos:

 

 

CAPÍTULO AL AN'AAM

6:14

CAPÍTULO AL A'RAAF

7:143

“Diles: ¿Acaso tomaré como protector a otro en lugar de Allah, [siendo Él] Originador de los cielos y la Tierra, y Quien alimenta sin tener necesidad de ser alimentado? Di: Se me ha ordenado ser el primero en someterse a Allah y no contarme entre quienes Le asocian copartícipes.”

“Pero cuando su Señor se mostró a la montaña, ésta se convirtió en polvo, y Moisés cayó inconsciente. Cuando volvió en sí exclamó: ¡Glorificado seas! Me arrepiento y soy el primero en creer en Ti.”

 

El primer versículo se refiere al Profeta Muhammad, a quien le pidieron que les informe a los paganos de su época que nunca podría aceptar su idolatría y que él sería el primero en esos tiempos en someterse a Allah. En el segundo versículo, el Profeta Moisés se declara el primero de su época en someterse a Allah al darse cuenta de que era imposible ver a Allah. Cada profeta fue el primero de su era en someterse a Allah.

De igual manera, el “día con Dios” que se menciona en los siguientes versículos:

CAPÍTULO AS SAYDAH

32:5

CAPÍTULO AL MI'RAAY

70:4

“Él es Quien decreta todos los asuntos y hace descender a [los Ángeles con] ellos de los cielos a la Tierra, y luego ascienden a Él en un mismo día recorriendo una distancia equivalente a [transitar] mil años de los vuestros.”

“Ascenderán hacia Él los Ángeles y las almas un día que durará cincuenta mil años [el Día del Juicio].”

 

Los dos versículos se refieren a dos hechos totalmente distintos. El primero se refiere al destino enviado y reportado y que dice que un día equivale a mil años de vida humana.[55] El segundo se refiere al ascenso de los ángeles desde el mundo a lo más alto de los Cielos, lo cual les lleva a ellos un día equivalente a 50.000 años humanos. [56] Allah no está regido por el tiempo. Él creó el tiempo y lo hizo relativo a las criaturas que gobierna.

En consecuencia, según los cálculos de los científicos modernos, un año en Marte equivale a 687 días terrestres, mientras que un año en Urano equivale a 84 años terrestres.[57]

Podemos destacar que el texto coránico es consistente en su pensamiento y presentación. En el prefacio de una de las mejores traducciones orientalistas del Corán, el traductor, Arthur John Arberry, escribe lo siguiente:

“Existe un repertorio de temas familiares a lo largo de todo el Corán; cada Sura[58] elabora o bosqueja[59] uno o más—a veces muchos—de los mismos. Con el lenguaje de la música, cada Sura es una rapsodia compuesta por leitmotivs enteros o fragmentos de ellos;[60] la analogía se refuerza con el sutil pero variado flujo rítmico del discurso.”[61]

Las referencias científicas en el texto coránico han demostrado ser consistentes y precisas, de manera inexplicable. En una conferencia dictada en la Academia Francesa de Medicina, en 1976, titulada “Datos Fisiológicos y Embriológicos en el Corán”, el Dr. Maurice Bucaille, dijo lo siguiente:

“No existe obra humana que contenga afirmaciones del nivel de conocimiento para sus tiempos como el Corán. Para encontrar opiniones científicas comparables a las del Corán, hemos de referirnos al conocimiento moderno”.[62]

En referencia a la autoridad del Corán, el Profesor Reynold A. Nicholson dijo lo siguiente:

“Tenemos [en el Corán] materiales de autoridad única e indiscutible para remontarnos al origen y primeros pasos del Islam, materiales que no existen en el caso del Budismo o el Cristianismo, ni en ninguna otra religión antigua”.[63]

En consecuencia, solo el Corán representa un medio preciso para determinar quién fue Jesús y cuál fue su mensaje. Además, el Corán también puede utilizarse para determinar hasta qué punto parte de la palabra revelada de Dios existe dentro de La Biblia.

En el Corán, Dios les ordena a los creyentes a aceptar, como parte de su fe, la palabra divina revelada al Profeta Moisés, conocida como la Tora; al Profeta David en los Salmos originales, y a Jesús en el Evangelio original. Los musulmanes están obligados a creer en todas las escrituras reveladas. Sin embargo, tal como consta en el Corán, todas las escrituras reveladas antes del Corán no han permanecido tal como fueron reveladas. La gente fue cambiando partes de ellas para adaptarlas según su conveniencia.

“¡Ya verán los que escriben el Libro con sus manos y luego dicen: Esto proviene de Allah, para venderlo a vil precio! ¡Ya verán las consecuencias de lo que escribieron con sus propias manos! ¡Pobre de ellos por lo que cometieron!” Corán, 2:79

Aún más, en el Antiguo Testamento, Dios es citado en Jeremías 8:8 con las siguientes palabras:

“¿Cómo pueden ustedes decir: «Somos sabios y poseemos la Ley de Yavé?» Cuando es bien cierto que la han cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribientes.”[64]



[1] Time, 18 Diciembre 1995, p. 46

[2] The Myth of God Incarnate, p. ix

[3] 31 Octubre 1988, p. 44

[4] Lucas 11:2 y Mateo 6:9-10.

[5] La palabra evangelio deriva del latín evangelium y del griego euangelion, que significa “buenas nuevas” o “buenas noticias”. (The New Encyclopaedia Britannica, vol. 5, p. 379).

[6] Apócrifo: Fabuloso, supuesto o fingido (Oxford Advanced Learner’s Dictionary, p. 45)

[7] La Eucaristía es el pan y el vino tomados en la ceremonia cristiana basada en la última cena de Cristo (Oxford Advanced Learner’s Dictionary, p. 410).

[8] 1 Julio 1991, p. 57.

[9] Una ‘glosa’ es un comentario explicativo añadido a un texto. (Oxford Advanced Learner’s Dictionary, p. 528).

[10] Existentes: En existencia, sobrevivientes.

[11] Amilanar: Desalentar, atemorizar

[12] The Holy Bible: Revised Standard Versión, p. iii

[13] Ibid, p.v.

[14] The Holy Bible: Revised Standard Version, p. iii-iv

[15] Ibid, p. iv.

[16] Ibid, p. vi.

[17] The Holy Bible: Revised Standard Version, p. 96.

[18] Holy Bible: (King James Version)

[19] The Holy Bible: Revised Standard Version, p. vi.

[20] Ibid, p. vii.

[21] Génesis, Éxodo, Levítico, Números, y Deuteronomio.

[22] Los judíos ortodoxos sostienen que la Tora, el nombre judío de los cinco primeros libros, fue creado 974 generaciones antes de la creación del mundo. Según ellos, Dios le dictó la Tora a Moisés durante los 40 días que éste estuvo en el Monte Sinaí, de una manera final e irrevocable que es pecado afirmar que Moisés escribió siquiera una letra él mismo.

[23] Who Wrote the Bible, pp. 54-70.24

[24] El estudioso alemán de fines del siglo XIX, Julius Wellhausen, fue el primero en identificar las diversas fuentes de los cinco libros.

[25] Richard Elliot Friedman es profesor en la Universidad de California en San Diego. Obtuvo su Doctorado en Biblia Hebrea en la Universidad de Harvard, y es autor del controvertido libro Who Wrote the Bible.

[26] The Interpreter’s Dictionary of the Bible, vol. 1, p. 756, y vol. 3, p. 617. Ver también The New Encyclopaedia Britannica, vol. 14, pp. 773-4.

[27] El arameo es una lengua semítica que suplantó gradualmente al arcadio como la lengua común del Cercano Oriente en los siglos VII y VI A.C. Más tarde se convirtió en la lengua oficial del Imperio Persa. El arameo reemplazó al hebreo como la lengua de los judíos; partes de los libros del Antiguo Testamento de Daniel y Ezra están escritos en arameo, al igual que los Talmud de Babilonia y Jerusalén. Su período de mayor influencia se extendió del año 300 A.C. al 650 D.C, luego de lo cual fue suplantado gradualmente por el árabe. (The New Encylopaedia Britannica, vol. 1, p. 516).

[28] Encyclopedia Americana, vol. 3, p. 654. 29.

[29] The Five Gospels, p. 20, y The New Encyclopaedia Britannica, vol. 14, p. 824. Para más referencias a los distintos Marcos del Nuevo Testamento, ver: Actos 12:12, 25; 13:5; 15:36-41; Colosos 4:10; 2 Timoteo 4:11; Filemón 24; y I Pedro 5:13.

[30] The Five Gospels, p. 20. 31 “Si bien hay un Mateo entre las distintas listas de discípulos de Jesús... el escritor de Mateo probablemente es anónimo”. The New Encyclopaedia Britannica, vol. 14, p. 826.

[31] “Si bien hay un Mateo entre las distintas listas de discípulos de Jesús... el escritor de Mateo probablemente es anónimo”. The New Encyclopaedia Britannica, vol. 14, p. 826.

[32] “Si bien el autor de Marcos probablemente es desconocido...”The New Encyclopaedia Britannica, vol. 14, p. 824.

[33] “El Canon de Muratoria se refiere a Lucas, el médico, el compañero de Pablo; Irenaeus pinta a Lucas como seguidor del evangelio de Pablo. Eusebius considera a Lucas como un médico de Antiochene que estaba con Pablo para dar autoridad apostólica al Evangelio.” The New Encyclopaedia Britannica, vol. 14, p. 827.

[34] “De la evidencia interior se evidencia que este Evangelio fue escrito por un discípulo querido cuyo nombre es desconocido.” The New Encyclopaedia Britannica, vol. 14, p. 828.

[35]The New Encyclopaedia Britannica, vol. 14, p. 830.

[36] Ibid., vol. 14, p. 844.

[37] Sacerdote que recibe un ingreso de las ganancias de una iglesia, especialmente una catedral. (Oxford Advanced Learner’s Dictionary, p. 973).

[38] Existen alrededor de doscientos versos idénticos tanto en Mateo como Lucas (ej., Mateo 3:7-10 y Lucas 3:7-9; Mateo. 18:10-14 y Lucas 15:3-7), sin equivalentes en Marcos ni Juan. A manera de explicación de este acuerdo tan contundente, un estudioso alemán sostuvo que una vez existió un documento fuente, al cual él llamó “Quelle” (“fuente” en alemán). Luego se adoptó la abreviatura “Q” como su nombre. La existencia de Q fue discutida por algunos estudiosos sobre la base de que un evangelio susodicho no era un evangelio verdadero. Quienes lo disputaban sostenían que no había paralelos antiguos a un evangelio que solo contiene dichos y parábolas y que carece de relatos sobre Jesús, especialmente sobre su juicio y muerte. El descubrimiento del Evangelio de Tomás cambió todo eso. (The Five Gospels, p. 12). Tomás contiene 114 dichos y parábolas atribuidos a Jesús; no tiene un marco narrativo: No se mencionan los exorcismos, sanaciones, juicio, muerte, ni resurrección de Jesús; no hay relatos de su nacimiento ni su niñez; ni tampoco de su ministerio público en Galilea y Judea. La traducción cóptica de este documento (escrito alrededor del 350 D.C), encontrada en 1945 en Nag Hammadi en Egipto, les ha permitido a los expertos identificar tres fragmentos griegos (que datan de aproximadamente el año 200 D.C.) descubiertos antes como piezas de tres copias distintas del mismo evangelio. Tomás tiene 47 paralelos con Marcos, 40 paralelos con Q, 17 con Mateo, 4 con Lucas, y 5 con Juan. Alrededor de 65 dichos o partes de dichos son exclusivas de Tomás. (The Five Gospels, p. 15).

[39] The Gospels in Modern English.

[40] Desde el siglo XVIII, los primeros tres Evangelios han sido llamados los Evangelios Sinópticos, debido a que los textos, puestos uno junto a otro, muestran un tratamiento similar de la vida y la muerte de Jesucristo. (The New Encyclopaedia Britannica, vol. 5, p. 379).

[41] The Five Gospels, p. 20

[42] “Y el Señor le habló a Gad, el adivino de David, diciendo”. I Crónicas, 21:91. Según este texto, Gad era el nombre del adivino personal del Profeta David.

[43] Ver también, Mateo 27:32 y Marcos15:21.

[44] Ver también, Lucas 24:1-2

[45] Además, en la lista de Mateo, el nombre del hijo de Nahshon es Salomón, mientras que en la lista de Lucas es Salah.

[46] Shorter Encyclopedia of Islam, p. 278.

[47] Un manuscrito de textos antiguos.

[48] Shorter Encyclopaedia of Islam, p. 279. Ver también The New Encyclopaedia Britannica, vol. 22, p. 8.

[49] The Mind of the Qur’an, p. 26.

[50] Beyond the Written Word, p. 80.

[51] An Introduction to the Hadith, p. 27.

[52] Término árabe para referirse al texto del Corán.

[53] The Collection of the Qur’an, p. 239-40.

[54] Muhammad Rasullullah, pg. 179

[55] Tafsir al-Qurtubi, vol. 8, pp.5169-70

[56] Fat-hul-Qadir, vol. 4, p. 349.

[57] The New Encyclopedia Britannica, vol. 27, pp. 551 & 571.

[58] Un capítulo del Corán.

[59] Indicar sutilmente.

[60] Características recurrentes.

[61] The Koran Interpreted, p. 28.

[62] The Qur’an and Modern Science, p. 6.

[63] Literary History of the Arabs, p. l43. 34

[64] Revised Standard Version

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